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Manejo y prevención de problemas del parto en vacuno de carne
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Las distocias, o complicaciones del parto, son una preocupación significativa en las explotaciones de vacuno de carne por el impacto económico que generan, resultando en un aumento de la mortalidad tanto de los terneros como de las vacas, una disminución de la fertilidad y un incremento en los costos de personal.

Para mejorar la salud del rebaño e incrementar la rentabilidad de las explotaciones, es necesario adoptar un enfoque integral que contemple tanto los factores predisponentes como las estrategias preventivas, así como las intervenciones adecuadas en casos de complicaciones.

FACTORES DE RIESGO QUE PUEDEN ORIGINAR DISTOCIAS

Diversos estudios han identificado varios factores de riesgo que aumentan la probabilidad de distocia en el ganado vacuno. Entre los más importantes se encuentran la edad de las vacas, el número de partos previos y la disparidad materno-fetal, es decir, la relación desfavorable entre el tamaño del feto y el de la pelvis materna. Estos factores son influenciados por condiciones genéticas, prácticas de manejo y decisiones reproductivas a lo largo de la vida productiva de las vacas.

INCIDENCIA DE DISTOCIA POR EDAD
Categoría de edad de la vaca Riesgo
Novilla 17,3 %
3 años (2º parto) 4,7 %
4 años (3º parto) 3,7 %
Vacas maduras (5-10 años) 2,9 %
Edad de la vaca >= 10 años 3,2 %

Veamos ahora algunas de las causas más frecuentes de distocias en ganado vacuno de carne, sujetas a los factores de riesgo descritos:

Posición anormal del feto:

Aunque las posiciones anómalas del feto son poco frecuentes, representan una causa importante de distocia. Se estima que entre el 1 % y el 4 % de los partos presentan posiciones fetales anómalas, lo que constituye hasta el 22 % de los casos de distocia. La posición posterior dorsal, conocida como presentación «de culo», es la más común en el ganado vacuno de carne, seguida de otras desviaciones como las de las patas delanteras o la cabeza.

Aunque la incidencia de estas posiciones es baja (menos del 5 % de los partos), son una de las principales causas de distocia en vacas multíparas, representando hasta el 40 % de los casos. Este tipo de complicación es más frecuente en los partos gemelares, donde los fetos tienen menos espacio para adoptar una posición adecuada.

Estenosis vulvar, vaginal o cervical:

La dilatación incompleta de la vulva o la vagina es una causa común de distocia, especialmente en novillas (vacas de primer parto). Por su parte, la estenosis cervical, que se caracteriza por una dilatación insuficiente del cuello uterino, es más frecuente en vacas multíparas. Estas condiciones pueden estar relacionadas con factores como el confinamiento, el estrés durante el periodo cercano al parto, intervenciones prematuras, disfunciones hormonales y partos prematuros.

La nutrición inadecuada durante la gestación también puede afectar la elasticidad de los tejidos reproductivos, aumentando la probabilidad de distocia.

Torsión uterina:

La torsión uterina, aunque poco frecuente, es otra causa de distocia que representa entre el 5 % y el 10 % de los casos. Esta condición suele estar relacionada con un movimiento excesivo del feto durante la primera etapa del parto, cuando el feto se está posicionando para nacer, y con características anatómicas de la vaca, como un abdomen profundo. El tratamiento incluye maniobras manuales para devolver el útero a su posición normal o el uso de un rodillo de torsión. En casos graves, puede ser necesaria una intervención quirúrgica, como una cesárea, especialmente si la torsión pone en riesgo la viabilidad del feto o la salud de la vaca.

TRATAMIENTO DE LA DISTOCIA

Una de las claves para manejar las distocias es saber cuándo intervenir. Existen guías que describen la duración esperada de cada fase del parto y que deben ser utilizadas como referencia para evaluar si el parto avanza correctamente o si es necesario intervenir para evitar complicaciones.

Etapa Duración
1. Comienza con contracciones uterinas y dilatación del cérvix y finaliza con el paso del amnios y parte el feto a la vagina 1 a 4 horas
2. Se caracteriza por contracciones abdominales y finaliza con la expulsión del feto a través de la vulva 1 a 4 horas en novillas
Menos de 3 horas en vacas adultas
3. Expulsión de las membranas fetales y comienzo de la involución uterina 12 horas siguientes al parto

En un parto normal, el saco amniótico debería ser visible durante la primera hora; las pezuñas del ternero deberían aparecer en la segunda hora; y en la tercera, el ternero debería haber nacido. Si no se cumplen estos plazos, es necesario evaluar la situación e intervenir. Además, es importante monitorear a las vacas con partos prolongados para detectar signos de fatiga o estrés que requieran atención adicional.

Cuando se interviene, es fundamental limpiar cuidadosamente la vulva y el área perineal con un desinfectante adecuado, como soluciones diluidas de yodo o clorhexidina. En novillas, puede ser necesario realizar una dilatación manual de la vulva y la vagina para facilitar el parto.

Cuando se detecta una presentación anómala, es fundamental intervenir mientras la vaca está de pie, ya que esta postura facilita la manipulación. Además, se debe contar con el equipo adecuado y mantener un entorno limpio para reducir el riesgo de infecciones. El uso de lubricantes obstétricos es crucial en estos casos para facilitar el paso del ternero.

Si el ternero presenta una presentación posterior, se debe completar el parto en un plazo de 1 a 2 minutos después del paso de la pelvis del ternero a través de la pelvis de la vaca para evitar la asfixia. Si el parto vaginal no es posible, se deben emplear métodos alternativos, como la cesárea o la fetotomía (corte del feto para poder extraerlo de la madre sin necesidad de cirugía mayor) en caso de que el ternero esté muerto.

APOYO AL NEONATO

Tras el nacimiento, es crucial asegurar la estabilidad del ternero. Deben limpiarse las vías respiratorias, eliminando los líquidos presentes con las manos. Si se realiza la maniobra de drenaje suspendiendo al ternero, debe limitarse al tiempo que una persona pueda sostenerlo. Después, se debe colocar al ternero en posición de decúbito esternal (acostado sobre el pecho) para facilitar la respiración.

Si el ternero no empieza a respirar por sí mismo, se debe estimular la respiración introduciendo un material ligeramente rígido en las fosas nasales para inducir el reflejo respiratorio. En casos graves de dificultad respiratoria, se puede recurrir a la ventilación asistida.

LESIONES EN EL NEONATO Y LA MADRE

Una vez estabilizado el ternero, es esencial evaluar su estado físico para detectar posibles lesiones, como fracturas de costillas o extremidades. En situaciones donde el ternero queda atrapado, pueden producirse parálisis del nervio femoral, lo que podría no ser evidente de inmediato. Además, los terneros nacidos de partos prolongados pueden sufrir hipoxia, lo que afecta su capacidad para succionar y levantarse. En estos casos, se recomienda encalostrar manualmente al ternero para asegurar que reciba calostro.

En cuanto a la vaca, tras la intervención, se debe palpar el útero para asegurarse de que no queden terneros retenidos. También se debe examinar cuidadosamente el tracto reproductivo en busca de lesiones, como desgarros en el cuello uterino o la pared uterina. Las lesiones detectadas deben ser tratadas adecuadamente para prevenir infecciones y asegurar una pronta recuperación.

PREVENCIÓN DE LAS DISTOCIAS

La prevención es fundamental para reducir los riesgos de distocia, especialmente en novillas. Las estrategias preventivas deben abordar varios aspectos clave:

1. Selección del semental: Elegir un semental con antecedentes de facilidad de parto comprobada es esencial. La genética tiene un impacto significativo en la facilidad de parto y el tamaño del feto.
2. Desarrollo de las novillas: Monitorear el peso y la condición corporal de las novillas es esencial para asegurar un desarrollo adecuado y minimizar el riesgo de complicaciones en el primer parto.
3. Nutrición: Una dieta equilibrada y adecuada durante el último trimestre de gestación es clave. Un plan nutricional adecuado proporcionará la energía necesaria para tener un periodo de partos sin problemas y un crecimiento fetal adecuado.
4. Inseminación artificial: Esta técnica permite seleccionar semen de toros con facilidad de parto comprobada, reduciendo el riesgo de distocias, especialmente en novillas.
5. Manejo durante el parto: Un monitoreo constante durante la temporada de partos y la capacitación del personal en técnicas de asistencia son fundamentales para intervenir de manera oportuna y eficaz, garantizando la supervivencia tanto del ternero como de la vaca.

CONCLUSIONES

En resumen, un manejo adecuado de las distocias requiere un enfoque integral que combine prevención (de manejo y nutricional), diagnóstico temprano e intervención oportuna. Con un manejo adecuado y un programa reproductivo bien diseñado, es posible reducir significativamente las complicaciones, mejorando el bienestar animal y la rentabilidad de las explotaciones ganaderas.

Los técnicos veterinarios de Agropal te asesoran en cada uno de los puntos antes descritos. Además, nuestros planes nutricionales de Alto Rendimiento están diseñados para garantizar gestaciones saludables que preparen a las madres para un periodo de partos seguro.
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