A continuación, analizamos los factores que afectan a la dosis de siembra de girasol. Lo primero es conseguir un lecho de siembra idóneo. El girasol es muy sensible a terrenos compactados o con suela de labor, su raíz pivotante no es capaz de penetrar en este tipo de suelos y queda muy superficial, lo que provoca dos problemas: una mala absorción de los nutrientes que da lugar a plantas poco desarrolladas, y un problema posterior de encamado al no poder sustentar la pequeña raíz la parte aérea de la planta. Si creemos que puede existir suela de labor en el terreno donde vamos a sembrar el girasol, sería recomendable realizar un pase de subsolador para romper dicha suela.
Para preparar el lecho de siembra daremos una o dos pasadas de cultivador con rastra o grada de discos. Antes de realizar esas labores, sería buen momento para aportar el fertilizante y que así pueda ser incorporado con dichas labores.
Una vez preparado el terreno debemos preparar la sembradora y decidir la profundidad de siembra. Esta profundidad depende de cómo sea nuestro suelo o cómo se encuentre en el momento de la siembra:
También hay que recordar que se recomienda una temperatura del suelo de por lo menos 10 ºC cuando vayamos a realizar la siembra. Con esa temperatura la semilla de girasol puede tardar más de 25 días en germinar. Si la nascencia es muy escalonada y tenemos problemas de pájaros en la zona, podemos sufrir daños, ya que según van naciendo los tiernos girasoles, los pájaros se les van comiendo, llegando incluso a vernos obligados a resembrar si el daño es alto.
El tiempo de germinación se irá acortando según vaya subiendo la temperatura del suelo, es decir, con 16 ºC tardaría unos 11 días en germinar, y con 20 ºC en tan sólo 8 días estaría el girasol emergido.
La densidad de siembra se compone de dos elementos:
La distancia entre surcos ideal se ha demostrado que está entre 50-60 cm, más distancia provoca una mayor competencia entre plantas del mismo surco al estar muy próximas, disminuye la captación de la luz por parte de las plantas y una mayor nascencia de malas hierbas, que harán competencia a nuestro cultivo, al tener más espacio.
Otro factor que afectará a nuestra dosis de siembra será el tipo de terreno en el que vayamos a sembrar, así recomendamos:
Recordamos también la importancia de fertilizar los girasoles para obtener el mayor rendimiento y no vaciar la despensa de nuestro suelo. Fertilizar con abonos completos que además de nitrógeno, fósforo y potasio aporten al cultivo boro y azufre.
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