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Produciendo avena de calidad
En Agropal, seguimos trabajando en producir avena en copos para consumo humano.
Sabemos que, en la producción agrícola, el clima juega un papel fundamental en la salud y el rendimiento de los cultivos. En años lluviosos como el actual, la aplicación de tratamientos fúngicos e insecticidas se convierte en una práctica esencial para proteger el cultivo y garantizar la calidad del producto final.
En este artículo se detallarán las plagas y enfermedades que pueden afectar a la avena, el abanico de productos fitosanitarios que tenemos a nuestro alcance y la importancia de realizar estos tratamientos preventivos y/o curativos cuando el riesgo de infestación aumenta significativamente.
PLAGAS Y ENFERMEDADES COMUNES DE LA AVENA:
Las plagas a las que debemos prestar más atención en el cultivo de avena son las siguientes:
- Áfidos, pulgones: además de la transmisión de virus, si las poblaciones alcanzan un número muy importante, los daños son muy visibles, produciendo enanismo de las plantas y generando un color pálido y punteado rojizo de las hojas, que a menudo se acaban marchitando.
- Chinches o Garrapatillo: ocasionan grandes pérdidas, no solo por la bajada en el rendimiento de la cosecha, sino también por el descenso de la calidad de los granos, que resultan inservibles para copear y/o panificar.
- Lema, babosilla: las larvas ocasionan los mayores daños y las pérdidas se asocian a la reducción de superficie fotosintética de la planta. Esto puede ser importante si afecta a las hojas superiores, al ser estas las que más contribuyen a la formación del grano. Además, las heridas en las hojas suponen vías de entrada de enfermedades.
- Mosquitos del cereal: en particular, es Mayetiola avenae Marchal el mosquito que ataca a la avena. Los daños más graves se registran en el ahijado, reduciendo notablemente el número de hijos por planta. En estados más avanzados del cultivo, el ataque de esta plaga provoca el retraso en el crecimiento de la planta, dificultando el llenado y la calidad del grano y, por tanto, reduciendo el peso de la espiga.
Las enfermedades que puede presentar la avena se muestran a continuación:
- Oídio (Blumeria graminis): se trata de manchas pulverulentas que aparecen en la parte superior de la hoja, tallo y/o espiga. Estas evolucionan y se observan intercaladas con el micelio, puntos oscuros que constituyen las fructificaciones sexuales del patógeno. Si por lluvias fuertes se lava el micelio, quedan unas manchas necróticas pardo-violáceas. Las pérdidas se producen por la necrosis y secado de las zonas afectadas, provocando la disminución de la capacidad fotosintética y reducción en la migración de nutrientes al grano.
- Roya coronata (Puccinia coronata): esta enfermedad es muy similar a la roya del trigo. Presenta pústulas de color amarillo espurulentas que se desarrollan en el haz y envés de las hojas. Afecta a la producción y calidad del grano, se retrasa el espigado, reduce la capacidad de resistencia a temperaturas bajas y puede llegar a provocar la marchitez de la planta.
- Helmintosporiosis (Pyrenophora spp.): es muy común en cebada, aunque también podemos encontrarla en avena. Comienza en las hojas inferiores, y en condiciones de humedad y temperatura, se desarrolla a otras hojas y plantas. Las manchas se extienden, incluso uniéndose entre ellas, y terminan por necrosar la planta, pudiendo llegar a secar la hoja por completo. La reducción del rendimiento está asociada a la disminución de la capacidad fotosintética de la planta.
- Carbón desnudo de la avena (Ustilago avenae): ataca a las inflorescencias, transformándolas en una masa negruzca, pulverulenta y granulosa que se dispersa fácilmente. También puede destruir las glumas dejando las espigas reducidas al raquis. Aparece en las espigas, pero en algunos casos se ha encontrado sobre las hojas.
- Fusariosis (Fusarium graminearum): las lluvias persistentes y una alta humedad en el aire favorecen la aparición de esta enfermedad. Origina necrosis vasculares pardas en el cuello de la raíz, que impiden el flujo de savia hacia la espiga, la cual puede acabar secándose totalmente. El problema más grave que causa es la producción de micotoxinas, sustancias altamente tóxicas y cancerígenas que estos hongos generan durante su desarrollo.
- Septoriosis (Parastagonospora nodorum): afecta principalmente al trigo, aunque también puede afectar a la avena. Produce la necrosis y secado de partes foliares y la pérdida de funcionalidad del sistema vascular, disminuyendo el área fotosintética de la planta y la translocación de nutrientes al grano. Cuando esta enfermedad infecta gravemente al cultivo, los granos cosechados se marchitan y disminuye considerable su peso específico.
- Mildiu (Peronospora avenae): afecta a hojas, tallos y ápices provocando deformaciones, enanismo y/o parada del crecimiento. Cuando llega a afectar a las vainas, estas aparecen con zonas amarillentas o marrones, aplanadas y deformadas. La reducción de la superficie foliar útil provoca la merma del rendimiento, y las infecciones severas llegan a causar la muerte de la planta.
La prevención es clave en el control de plagas y enfermedades. Los tratamientos fungicidas e insecticidas aplicados en momentos adecuados, como cuando existen temporadas de lluvias constantes o cuando se detectan los primeros síntomas de infección, evitan que los daños se amplifiquen, protegiendo la salud de las plantas y garantizando una cosecha de calidad.
Existen diversas materias activas autorizadas para el control de plagas y enfermedades en avena. Sin embargo, para garantizar un control adecuado de la sanidad de tus cultivos, te recomendamos consultar con tu técnico de campo cuáles son las más apropiadas para cada situación específica.
INSECTICIDAS |
FUNGICIDAS |
LAMBDA-CIHALOTRIN 0,4 - 10 % |
BIXAFEN 7,5 % |
BENZOVINDIFLUPYR 7,5 % |
ESFENVALERATO 2,5 - 5 % |
PROTIOCONAZOL 15 - 25 % |
AZUFRE 70 % |
CIPERMETRIN 10 % |
AZOXISTROBIN 25 % |
METCONAZOL 9 % |
DELTAMETRIN 2,5 % |
TEBUCONAZOL 6 - 12,5 - 25 % |
DIFENOCONAZOL 2,5 % |
TAU-FLUVALINATO 24 % |
PIRACLOSTROBIN 15 - 20 % |
FLUXAPYROXAD 6 - 7,5 % |
CONCLUSIÓN:
La aplicación de tratamientos fúngicos e insecticidas en años lluviosos es esencial para el cultivo de avena destinada a la producción de copos para consumo humano.
Las condiciones de humedad favorecen el desarrollo de plagas y enfermedades, lo que puede comprometer tanto la salud de las plantas como la calidad de la cosecha. Los agricultores deben estar preparados para realizar aplicaciones tanto preventivas como curativas en su cultivo de avena para garantizar una cosecha saludable y un grano de alta calidad.
Con un manejo adecuado de plagas y enfermedades, es posible maximizar el rendimiento y asegurar la producción de copos de avena que cumplan con los más altos estándares de calidad.
Si quieres participar en este importante proyecto, habla con el encargado de tu almacén o tu técnico de campo