Un correcto manejo en las salas de maternidad y el uso eficiente de amamantadoras automáticas con lactoreemplazante influyen directamente en la viabilidad, desarrollo y futura productividad de los animales.

A continuación, se detallan los diez puntos clave a considerar y sus beneficios:

1. Condiciones ambientales óptimas en la sala de maternidad

La temperatura ambiental en la sala de maternidad debe mantenerse entre 35-37 °C durante las primeras 24 horas, disminuyendo progresivamente hasta los 20-22 °C en las siguientes semanas. La humedad relativa ideal se sitúa entre el 55 y el 65 %. Un ambiente estable previene la hipotermia y favorece el vigor de los recién nacidos, lo que impacta positivamente en su crecimiento y supervivencia.

Por otra parte, la higiene de los espacios con animales recién nacidos y con un sistema inmunológico por desarrollar (sin “defensas”) es clave. Esto se consigue con protocolos de limpieza y desinfección adecuados, y concentrando las parideras con lotes homogéneos, con entrada y salida simultánea del mayor número de animales posible.

2. Administración y calidad del calostro

Cada cordero debe recibir al menos 50 ml/kg de calostro en las primeras dos horas de vida y un total de 200 ml/kg en las primeras 24 horas. La calidad del calostro puede verificarse mediante un refractómetro (≥22 % Brix) para asegurar una adecuada transferencia de inmunidad pasiva. Una correcta ingesta de calostro reduce la incidencia de enfermedades digestivas y respiratorias.

3. Pesos de referencia y monitoreo del crecimiento

El peso al nacimiento de las corderas Lacaune y Assaf oscila entre 3.5 y 5 kg. Durante la lactancia, la ganancia de peso debe ser de al menos 200-250 g/día, alcanzando los 15-18 kg al destete (alrededor de las 10-12 semanas de vida). Un control sistemático del peso permite detectar retrasos en el crecimiento y ajustar la alimentación en consecuencia.

4. Manejo adecuado de las amamantadoras automáticas

Las amamantadoras automáticas deben garantizar un suministro constante y homogéneo de lactoreemplazante, con una concentración estándar de 150-180 g/L de agua. La temperatura de la leche ofrecida debe mantenerse entre 39-41 °C para optimizar la digestibilidad y evitar trastornos digestivos. La limpieza diaria del sistema previene la proliferación bacteriana y mejora la eficiencia del alimento suministrado.

5. Uso de lactoreemplazantes de alta calidad

Los lactoreemplazantes deben contener al menos un 22-24 % de proteína bruta y un 18-22 % de grasa, con una formulación basada en productos lácteos de alta digestibilidad. La correcta selección de estos productos impacta directamente en la tasa de crecimiento y en la salud digestiva de las corderas.

6. Inclusión del pienso lacteado NO-00 de Agropal, y del pienso de arranque NO-1

Introducir el pienso lacteado NO-00 de Agropal desde la segunda semana de vida estimula el desarrollo ruminal y favorece el destete. Este alimento, altamente palatable y diseñado específicamente para corderas, facilita la transición a la alimentación sólida, reduciendo la dependencia del lactoreemplazante y minimizando el estrés durante el destete. Un pienso con niveles adecuados de proteína, enriquecido con fibra digestible y aditivos estimulantes del consumo permite una adaptación eficiente y un crecimiento sostenido.

El arranque con NO-1 de Agropal favorece la salud digestiva y general y asegura un correcto crecimiento de los animales en las semanas posteriores al destete.

NO-00 y NO-1 se sirven en granulado especial, para asegurar una continuidad en la textura de los piensos y conseguir ingestas regulares en el momento del cambio de alimentación.

7. Control del consumo y ajuste de la ración

El consumo voluntario de alimento sólido debe monitorearse semanalmente, buscando alcanzar un consumo de 250 g/día de pienso a las cuatro semanas y 800-1000 g/día al destete. Un ajuste progresivo del volumen de lactoreemplazante fomenta la ingesta de concentrados y una adaptación más eficiente al destete.

8. Manejo de grupos según edad y peso

Las corderas deben agruparse en función de su edad y peso para evitar la competencia desventajosa en el acceso al alimento y reducir la variabilidad en el crecimiento. Se recomienda mantener lotes homogéneos con diferencias de peso no superiores a 2-3 kg. Respetar este punto tendrá un impacto total en el manejo del espacio y en el control de las ingestas, del desarrollo del grupo y en la higiene (punto 1) del espacio.

9. Estrategias de destete progresivo

Un destete gradual, reduciendo progresivamente la oferta de lactoreemplazante a partir de la semana 6-8 hasta su completa eliminación en la semana 10-12, permite una mejor adaptación metabólica y de conducta alimentaria. Esta estrategia minimiza el impacto del destete y reduce los problemas digestivos asociados.

10. Prevención sanitaria y control de enfermedades

El monitoreo constante de signos clínicos como diarrea, neumonía y retraso en el crecimiento es fundamental para actuar de manera temprana. La higiene de las instalaciones, el uso de protocolos vacunales y la suplementación, si fuera necesario, con aditivos inmunoestimulantes son herramientas clave para mantener la sanidad del rebaño.

Recordamos aquí la importancia de hacer una correcta desinfección de ombligos, siendo esta una estrategia fundamental en el manejo sanitario de los animales neonatos.

Beneficios de un manejo óptimo

La implementación rigurosa de estas prácticas permite reducir la mortalidad pre y postdestete, mejorar la eficiencia de conversión alimenticia y garantizar corderas más sanas y productivas. Un crecimiento adecuado y una correcta transición a la alimentación sólida aseguran una mayor longevidad y rendimiento en la producción lechera.

El éxito en la crianza de corderas de reposición depende de la atención a los detalles en las primeras semanas de vida, y tendrá un impacto en toda la vida productiva de las corderas. Invertir en esta delicada fase es invertir en el futuro de la explotación.

Puedes consultar a tu técnico de Agropal por el plan nutricional de recría que mejor se adapte a tu explotación